24 mar 2011

De despedida al invierno

     Tardío llega esta entrada, pues desde el día 21 la primavera recorrió el camino de las estaciones para regresar una vez más. Lejanos quedan ya los últimos soplos de un movido invierno, fugaz ante los despiadados ojos del tiempo. Estelas de terremoto y revueltas, con tsunami y guerra incluidas. Ganó el pueblo al tirano en Egipto, mas en Libia, al tirano en cuestión la opinión del pueblo ni le va ni le viene, así como asesinar a las masas que hagan falta para tener poder y riquezas que el oscuro petróleo proporcionan. Tardíos llegaron también llegaron los apoyos internacionales, que esperaron pasivos mientras el despiadado dictador libio llevaba a cabo matanzas de rebeldes como si de moscas se trataran.
     Japón es el otro funesto escenario de este invierno, donde la tierra tembló como pocas veces se ha visto, que ha nuestro mundo ha conmocionado. No sé que ha impactado más, la seguridad de sus altos y modernos edificios, que oscilaban cual péndulo de un antiguo reloj, o la tranquilidad de sus gentes, que en cualquier país occidental se hubiese traducido en absoluto caos y desesperación.
    Tampoco ha sido éste el invierno capaz de enfriar una crisis, que cada vez parece más eterna e inmortal y que, esperemos, esta primavera no haga florecer. No todo en esta rosa invernal son espinas, mas yo me acojo a una célebre frase objetada por el poeta irlandés Thomas Moore : "Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre mármol; si un bien, sobre el polvo.
     Cuando menos nos demos cuenta, este nuestro planeta, lleno de alegrías y desgracias, recorrerá su tradicional romería rodeando al luminoso astro rey, y esa será otra primavera, pues, como dice una canción de Sabina, nada amanece, todo envejece. Tenga usted, querido lector, un buen día y una buena primavera.
      

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